miércoles, 24 de diciembre de 2014

La libre elección en nuestra sociedad

Podemos elegir si, pero no podemos elegirlo todo, aunque hay que tener en cuenta que el concepto de todo no existe en un proceso de elección ya que si fuera al contrario podríamos tomar decisiones, de verdad, por nosotros mismos.  Por lo cual, no podemos ir más allá en la elección, no puedo elegir entre lo que a priori no hay, porque no me ha sido enseñado ni mostrado. El hombre necesita valorar todas las opciones para decidir por él;  entonces si será libre.  Uno puede creerse libre dentro de una cárcel sin saber que está encarcelado, no confundamos pues la libertad con el conformismo.

Cuando elegimos y ante la disyuntiva, el hecho de no querer más que lo bueno, significa que no queremos el  mal   y esto es una limitación. Pero la pregunta es ¿Cómo se presenta esta disyuntiva? ¿Disfrazada, acomodada, engañosa? Decidimos realmente con libertad en función de nuestros criterios o estamos sometidos a los designios de otros intereses que no nos dejan ver nuestros propios límites “Se tu mismo, bebe FantaTú no eres igual que los demás, tu eres distinto consume lo que yo te ofrezco”  No hagas caso de ellos te quieren esclavizar, deja que te enseñe mi cárcel” No vayas por dónde ellos quieren, déjame que yo te muestre el caminoNo te creas lo que ellos te cuentan, escúchame” estos slogans nos explican claramente donde se posiciona nuestra libertad.

¿Otra  pregunta surge en torno a esa disposición de elección? ¿De qué y cuantas alternativas dispongo para obrar en libertad? ¿Dónde están los muros o fronteras que delimitan mi voluntad? Es decir, un pájaro vive en una jaula que podemos medir cuantitativamente, cuanto más grande es esta se podría decir, entre comillas, que tiene más libertad; pero de cualquier forma no se cuestiona su libertad sólo observa que su capacidad de movimiento es mayor. Ahora supongamos que a nuestro protagonista le cortamos las alas desde que es muy pequeño para que no pueda escaparse de ninguna manera, le podemos alimentar con las mejores viandas, podemos darle las mayores satisfacciones, podrá seguir cantando si parar, podrá comportarse de la misma forma que cualquier otro pájaro pero a lo mejor no nos damos cuenta de que ha perdido la conciencia de pájaro; algo que él, a diferencia del hombre no se puede cuestionar Pero ¿Hasta dónde llega nuestra nuestro propio  cuestionamiento? El ser humano, a priori, sería capaz de preguntarse y analizarse si metafóricamente nos han cortado nuestras alas, aunque si realmente no conoce otras alternativas ¿Cómo puede cuestionárselas? Puede suceder que le hayan hecho creer que nunca ha tenido alas y que nuestros muros nos impidan delimitar nuestras fronteras de libertad.

Una persona puede sentirse libre porque cree que es feliz o al revés piensa que es feliz y por lo tanto libre, tampoco significa que por abrir los ojos y ver la realidad uno pueda ser más feliz, pero este es el precio de la libertad En la antigüedad los esclavos que querían ser libres se exponían a morir, tuvieron la libertad de elegir, teniendo en cuenta los distintos conceptos de esclavismo de la historia.

El aborregamiento es una respuesta de los mas media que dispone toda su maquinaria en ofrecernos noticias cocinadas para necios paladares, exentas de veracidad y objetividad, nos las muestran masticadas y deglutidas de forma directa para su consumo y sólo disponemos la capacidad de asimilarlas, pensarlas y discutirlas en los términos ya planteados y exigidos previamente por ellos.  Luego te dicen que tienes la libertad de elegir, pero sin las alas para poder sobrevolar por encima esto muros prefabricados y sin establecer ningún atisbo de autonomía, llevando la discusión al terreno de la mentira y la manipulación.


Por Daniel Blanco

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