1.- La libertad humana concepto y cuestionamiento
El
hombre desde que es hombre se ha planteado muchas preguntas y entre
ellas, como no puede ser de otra manera, si es un ser libre o no. Pero,
podemos ser capaces de definir este concepto, desde otro planteamiento
¿somos capaces de entender la libertad?, ¿Somos enteramente libres? o
estamos condicionados; y si estamos condicionados ¿somos realmente
libres?
Todas estas preguntas han sido caldo de cultivo de
discusiones a lo largo del tiempo, como lo son, también, las distintas
concepciones atribuidas y, cómo no, sus interpretaciones, pero intentaré
partir este estudio desde una concepción etimológica: el término
libertad proviene del vocablo “liber” orientado a la facultad de obrar o
de no obrar. Esta acepción ha sido interpretada o usada de distintas
formas y en situaciones o contextos diferentes. El problema viene en
cuándo aplicamos esta facultad, o si actuamos con entera libertad; o lo
hacemos guiados por la moral o la ética porque la naturaleza humana esta
inclinada a hacer el bien o el mal de forma natural. Pero ¿quién
determina lo que está bien o mal?
Definir el concepto quizá no
sea lo más difícil pero su entendimiento, entender la libertad como
libertad individual para poder entenderla después en el conjunto de
libertades individuales o lo que es lo mismo mi libertad en convivencia y
en armonía con la de los demás.
Libre no es hacer lo que uno
quiere y cuando quiere, es hacer lo que como persona debe hacer para no
entrar en el camino del libertinaje. No es libre el que hace lo que
quiere y cuando quiere, ya que este está sujeto en muchos casos a la
propia esclavitud de sus actos.
La capacidad de elegir, por otro
lado, es lo que nos diferencia de los medios, un animal se mueve por
instinto y no es capaz de valorar sus actos a diferencia del hombre cuya
realidad como ente superior tiene la capaz de elegir, tiene la
capacidad moral de hacer algo bueno o no hacerlo. El hombre es libre,
por tanto, cuando elige o actúa en función de sus valores éticos o
morales y no condicionado por sus, hábitos, reflejos, pasiones…
Podemos
analizar la libertad desde dos vertientes que clarifican lo expuesto
anteriormente: la libertad interna o lo que llamamos libre albedrío
donde la voluntad está sujeta a la responsabilidad de elegir entre las
muchas posibilidades que se nos presentan a cada uno de nosotros. El
principio de libre albedrío que expone Santo Tomás de Aquino pretende
orientarnos en el sentido de ofrecernos una visión clara y pertinente de
esta acepción, un significado que frecuentemente ha sido cómplice del
mal uso que se ha hecho de la definición de libertad y que paso a
desgranar a continuación. Libertad es simplemente la opción que
el ser humano tiene de escoger, esta elección viene determinada entre
elegir entre dos cosas, ,una u otra, como sería la elección entre el
bien o el mal. Pero, bien es cierto, que a la hora de elegir no podemos
huir de la realidad ya que en nuestra sociedad hay factores como el
dinero o los recursos económicos que influyen de manera explícita, una
persona que vive con pocos recursos y tiene que elegir entre visitar un
país u otro siempre estará más limitado que otra cuya economía sea
mayor. Esta persona con bajos recursos es un prisionero de su realidad
puesto que no puede escoger, Aunque estoy de acuerdo con esa disyuntiva
también creo que a veces el dinero puede llevar a la esclavitud del que
lo tiene debido al mal uso o la mala elección que puede hacer de él y
con él. La libertad externa es con la que ordenamos nuestra vida según
lo que determina nuestra voluntad.
Los antiguos griegos
consideraban que la libertad estaba marcada o de acuerdo a tres
conceptos: una vinculada a la libertad natural en la que el hombre tiene
la capacidad de separarse o extraerse, aunque no del todo, de un orden
cósmico predeterminado e invariable o la capacidad de ser libre del
destino, pero aquí surge la pregunta: ¿podemos ser libres frente al
destino? El destino para los antiguos es un concepto que nace para
liberarlos de las acciones y designios caprichosos de los dioses, de
esta guisa, ni los hombres ni los dioses podían escapar a su destino.
Con el posterior ideal de racionalidad, la naturaleza es la que
determina la causalidad de las cosas o los hechos desligando a los
dioses de su providencia, pero ahora el destino quedará en manos de la
naturaleza. Más tarde el hombre conocedor de su dominio sobre la misma
utilizará a esta y los dioses para someter la voluntad del ser humano.
Por lo que pienso que ya es un paso importante cuestionarnos la realidad
y saber que nuestra libertad está coartada frente al destino. Otra
relativa a la social o política cuya acepción equivale al concepto de
autonomía de actuación equiparándola a como las naciones son capaces de
elegir su propio destino. Pero ¿Es libre una persona que obra conforme a
la Ley? Pienso que si el hombre hace suya esa Ley y esta es aceptada
por la comunidad por lo que está actuando de acuerdo con algo
consensuado previamente y esto no entraría en contradicción con su
libertad individual, que por otra parte estarán sujetas a revisión
acorde con las necesidades comunitarias y no del interés y el deseo de
unos pocos cuya finalidad es enfrentar y coartar nuestras libertades
tanto individuales como sociales.
Hoy, esto es equiparable al
sometimiento de algunas naciones sobre otras, no como se hacía en
antaño, es decir a través de la invasión, conquista u ocupación de otro
lugar, sino mediante el engaño, dejando figuras nativas para configurar
un gobierno vendido a los designios del país colonizador y robando las
riquezas de su pueblo (Sin olvidar que esto ya se hacía en sociedades
antiguas, pero corrigiendo los errores del pasado). Por último la
libertad individual o personal entendida como forma de actuar de manera
independiente de las coacciones que provienen de la misma comunidad,
por lo que el hombre puede o debe crear su propio estado de libertad al
margen de dicha comunidad, pero actuando dentro de la ley y
siempre como elección personal. Pero ¿Puede uno hacer uso de su libertad
de elección sin la presión de la sociedad? Creo que la libertad
individual tiene, en este sentido, que estar por encima de
convencionalismos propios de la sociedad en que vivimos. Es la libertad
del dejo que hagas, te concedo la libertad, pero te limito tu capacidad a
través de una educación instructiva que permite que nuestro estilo y
forma de vida se reproduzca de generación en generación castrando
cualquier iniciativa de verdadera libertad individual y colectiva con
promesas de futuro escrito socialmente y bajo el sometimiento de la
bandera del dinero y el poder.
Todas estas cuestiones constituyen
el germen de las concepciones políticas, religiosas e individuales que
han ido forjando la historia hasta nuestros días y que se constituyen
como depositarias de una verdad suprema.
Continuará...